Existen dos valores de importancia en el mantenimiento del equilibrio fertilizante/ tierra y ambiente, CE y pH.
Las plantas tienen ciertas necesidades en el agua de riego, y para conseguir un crecimiento estable,
la calidad y dureza del agua son importantes factores.
Las aguas cargadas con gran cantidad de iones de calcio y magnesio se denominan aguas duras.
Estas aguas son dañinas para aquéllas plantas a las que les gusta el ácido.
El valor de CE depende de la conductividad eléctrica del medio, cuando el agua es salada el valor de CE será alto.
La concentración de sales debe ser mayor ya que el agua fluye de las bajas a las altas concentraciones,
por lo que será absorbida por la planta.
La acidez del agua se expresa en valores de pH o bien la cantidad de iones de hidrógeno disueltos en el agua.
Cuanto más bajo es el nivel de pH, mayor es la acidez, un valor de 7 es neutro,
con lo que un valor inferior a 7 será ácido y uno mayor alcalino.
Es importante mantener este valor estable, si este fluctúa, la absorción de nutrientes también fluctuará
y la planta mostrará un crecimiento irregular.
Para la mayoría de las plantas es adecuado un valor entre 5,5 y 6 de pH.
Modo de empleo:
Tras preparar la mezcla de los fertilizantes y comprobar el CE, mida el valor del pH.
Si el valor es muy alto añadir gota a gota en la mezcla de los fertilizantes y mezclar bien.
Continuar hasta que el valor del pH haya alcanzado un valor en el rango de 5.5 a 6.0.
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